Uno de los mejores paisajistas del arte catalán y español, Mir, autor de una obra sorprendentemente moderna, más allá de los movimientos artísticos con los que se le ha relacionado como el impresionismo o el simbolismo, se ha convertido en uno de los máximos exponentes del postimpresionismo español. El uso del color cercano al fauvismo de algunas de sus etapas y su indagación en el género del paisaje son sus aportaciones más significativas a la renovación de la pintura del siglo XX. Su obra está marcada por dos constantes: el establecimiento de una nueva visión de la naturaleza y la búsqueda de la belleza. Frescos y diáfanos verdes, rosas delicados, pinceladas de difícil sencillez. En el paisaje de Mir, concretamente en éste, “nos sentimos dentro de él”. El sentimiento del paisajista y la identificación de lo que plasma es lo que en él apreciamos realmente.